Síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO)

Síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO)

Cuando te preparas para la FIV, hay mucho que asimilar. Desde las inyecciones hormonales hasta la transferencia de embriones, todo el proceso puede resultar abrumador y, a veces, incluso aterrador. Un término que puede surgir durante tu investigación o tu primera cita en la clínica es el síndrome de hiperestimulación ovárica, o SHO. Suena técnico, pero no te preocupes: te lo explicaremos todo paso a paso.

En este artículo, hablaremos de lo que OHSS realmente es, por qué puede ocurrir y qué significa para ti si estás siguiendo un tratamiento de fertilidad. Tanto si utilizas tus propios óvulos como si te planteas la donación de óvulos, es importante que conozcas el riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica, sobre todo si viajas al extranjero para someterte al tratamiento. También veremos estrategias reales para prevenir el SHEO, controlar los síntomas y tomar decisiones seguras para tu próximo ciclo de FIV. Desde el síndrome de hiperestimulación ovárica leve hasta los casos graves, saber qué esperar puede marcar la diferencia.

Así que respiremos hondo, pongámonos cómodos y analicemos juntos esta complicación del tratamiento de fertilidad.

¿Qué es el síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO)?

El síndrome de hiperestimulación ovárica es un trastorno médico que puede producirse durante el tratamiento de fertilidad, especialmente en la FIV. Ocurre cuando los ovarios responden con demasiada fuerza a los tratamientos de fertilidad. medicaciónque provoca hinchazón y acumulación de líquido en el abdomen. En la mayoría de los casos, los síntomas son leves y desaparecen por sí solos, pero en algunas situaciones, la afección puede llegar a ser moderada o incluso grave. Comprender el desarrollo del síndrome de hiperestimulación ovárica y sus distintas formas es importante cuando planifiques tu tratamiento de FIV en el extranjero.

El síndrome se asocia con mayor frecuencia al uso de inyecciones hormonales que estimulan los ovarios para que produzcan múltiples folículos. Esto se conoce como estimulación ovárica y es una parte estándar de la mayoría de los protocolos de FIV. Pero a veces, la respuesta es más fuerte de lo esperado, sobre todo en mujeres que ya tienen una reserva ovárica elevada o afecciones como el síndrome de ovario poliquístico. En estos casos, los ovarios producen demasiados folículos, lo que puede provocar un aumento de la permeabilidad vascular del tejido ovárico. Esto es lo que provoca la fuga de líquido a la cavidad abdominal y crea los molestos síntomas asociados al síndrome de hiperestimulación ovárica.

Aunque la idea de cualquier complicación puede sonar aterradora, conviene saber que el SHEO suele resolverse sin intervención médica. Sin embargo, algunas mujeres pueden necesitar ayuda, sobre todo si los síntomas pasan de leves a moderados o graves. Más adelante en este artículo, exploraremos cómo reconocer a tiempo las señales de alarma y qué hacer si los síntomas se intensifican.

Cómo se desarrolla el SHO durante la estimulación ovárica

Durante un ciclo típico de FIV, las mujeres se someten a una estimulación ovárica controlada para ayudar al cuerpo a producir múltiples óvulos. Esto se hace con medicamentos hormonales, que se ajustan en función de tu edad, reserva ovárica y respuesta general a la estimulación ovárica. En algunas mujeres, especialmente las que padecen el síndrome de ovario poliquístico, los ovarios pueden volverse hiperactivos, lo que significa que producen demasiados folículos con demasiada rapidez.

Esta sobreestimulación puede provocar una reacción en cadena en el organismo. A medida que aumentan los niveles de estrógenos, los vasos sanguíneos de los ovarios se vuelven más permeables, lo que provoca un desplazamiento de líquido hacia la cavidad abdominal. La hinchazón resultante es uno de los primeros signos del síndrome de hiperestimulación ovárica. En casos graves, este líquido puede incluso desplazarse a la zona torácica, dificultando la respiración. La forma de SHEO que desarrolles depende de cómo reaccione tu cuerpo a la medicación y de si se reconocen y tratan los primeros síntomas.

La mayoría de las clínicas utilizan ecografías y análisis de sangre para controlar tu respuesta ovárica a lo largo de la fase de estimulación. Esto les ayuda a detectar los primeros signos de desarrollo del síndrome de hiperestimulación ovárica y a realizar los cambios oportunos en tu protocolo si es necesario. Ajustar la dosis o utilizar una medicación desencadenante diferente a menudo puede prevenir el síndrome de hiperestimulación ovárica antes de que empiece.

Síntomas asociados al SHO y cómo reconocerlos

Los síntomas del síndrome de hiperestimulación ovárica pueden variar desde una ligera hinchazón hasta un dolor abdominal intenso y dificultades respiratorias. Los primeros signos más frecuentes son las náuseas, la sensación de plenitud y un notable aumento de peso debido a la retención de líquidos. Si no se tratan, estos síntomas pueden agravarse, provocando agrandamiento ovárico, dificultad respiratoria e incluso hospitalización.

En el SHEO moderado, las mujeres suelen experimentar molestias abdominales, aumento de la sed y reducción de la diuresis. El SHEO grave, en cambio, es una urgencia médica. Puede incluir síntomas como un rápido aumento de peso, dolor intenso, vómitos y signos de deshidratación. En casos raros, pueden producirse complicaciones como coágulos sanguíneos, problemas renales o torsión ovárica.

Dado que los síntomas del síndrome de hiperestimulación ovárica pueden solaparse con los efectos secundarios normales del tratamiento de FIV, no siempre es fácil saber qué es normal y qué es señal de problemas. Por eso es importante que te mantengas en estrecho contacto con tu clínica durante la estimulación ovárica. Si no estás segura de si lo que sientes forma parte del proceso habitual o es algo más grave, infórmate siempre, aunque te parezca una preocupación sin importancia.

¿Quién corre el riesgo de padecer SHEO?

No todas las mujeres que se someten a FIV experimentan el síndrome de hiperestimulación ovárica, pero algunas tienen más probabilidades de desarrollarlo que otras. Comprender el riesgo individual de padecer el síndrome de hiperestimulación ovárica puede ayudaros a ti y a tu médico a elegir un protocolo de estimulación que funcione con tu cuerpo, no contra él. Hoy en día, las clínicas suelen predecir muy bien cómo puede responder alguien al tratamiento, pero el síndrome de hiperestimulación ovárica puede producirse incluso cuando todo parece estar bajo control.

El riesgo de padecer SHEO varía en función de tu situación personal. Factores como la edad, el índice de masa corporal, los niveles hormonales y enfermedades subyacentes como el síndrome de ovario poliquístico influyen. Algunas mujeres pueden ignorar por completo que corren un riesgo mayor, sobre todo si nunca antes se han sometido a un tratamiento de fertilidad. Por eso es tan importante un seguimiento adecuado y una comunicación abierta con tu equipo médico durante todas las fases de un ciclo de FIV.

Tener una mayor reserva ovárica o producir un gran número de folículos en respuesta a la estimulación puede aumentar el riesgo de desarrollar SHEO. En otras palabras, cuanto más activos sean tus ovarios, mayor será la probabilidad de que reaccionen de forma exagerada a la medicación. Esto no significa que debas preocuparte, pero sí que tu clínica debe vigilarte de cerca.

Factores de riesgo del síndrome de hiperestimulación ovárica en el tratamiento de FIV

Hay varios factores que hacen que alguien tenga más probabilidades de desarrollar el síndrome de hiperestimulación ovárica durante un ciclo de FIV. Uno de los principales es la edad. Las mujeres menores de 35 años -especialmente las que tienen una respuesta ovárica fuerte- tienen más probabilidades de producir muchos folículos durante la estimulación, lo que puede aumentar el riesgo de padecer SHEO. Otro factor común es padecer el síndrome de ovario poliquístico, un trastorno hormonal que afecta al funcionamiento de los ovarios y aumenta la sensibilidad a la medicación para la fertilidad.

Otros factores son unos niveles elevados de estradiol, un gran número de folículos en crecimiento observados en la ecografía y el uso de determinados desencadenantes hormonales. Las mujeres con un tipo de cuerpo más delgado también pueden responder mejor a la estimulación. Normalmente, tu clínica evaluará tu reserva ovárica y tu perfil hormonal antes de iniciar el tratamiento, para poder adaptar el protocolo a tus necesidades.

Algunos protocolos están diseñados específicamente para reducir la incidencia del SHO en mujeres consideradas de alto riesgo. Pueden incluir el uso de dosis hormonales más bajas o medicamentos diferentes. La prevención empieza por identificar quién está en riesgo y elegir un enfoque más seguro desde el principio.

Por qué algunas mujeres desarrollan el síndrome de hiperestimulación ovárica más fácilmente que otras

La razón por la que algunas mujeres desarrollan el síndrome de hiperestimulación ovárica más fácilmente tiene que ver con la forma en que su cuerpo responde a la estimulación ovárica. El sistema hormonal de cada mujer es diferente. Mientras que algunas responden de forma gradual y predecible a la estimulación, otras tienen un pico repentino de estrógenos o producen un número inusualmente alto de folículos, incluso con dosis estándar. Esta respuesta exagerada es lo que prepara el terreno para el síndrome de hiperestimulación ovárica.

En las mujeres con síndrome de ovario poliquístico, por ejemplo, los ovarios ya son sensibles y están llenos de folículos pequeños. Cuando comienza la estimulación, estos folículos pueden crecer rápidamente y en gran número, aumentando el riesgo de padecer el síndrome de hiperestimulación ovárica. Además, determinados factores genéticos y variaciones en los receptores hormonales pueden influir en la probabilidad de que una mujer desarrolle el síndrome de hiperestimulación ovárica, pero esto aún se está estudiando.

Una cosa está clara: el SHO no es culpa tuya. Es una reacción a la medicación que puede ocurrir incluso cuando el plan de tratamiento parece perfecto. Si eres una persona más propensa a desarrollar el síndrome de hiperestimulación ovárica, saberlo de antemano puede ayudaros a ti y a tu clínica a tomar decisiones más inteligentes y seguras desde el principio.

Nathalie Wiederkehr

FIV y estimulación ovárica controlada

La estimulación ovárica controlada es una parte fundamental de la FIV. Es la proceso en la que se utilizan medicamentos hormonales para ayudar a tus ovarios a desarrollar más folículos de lo que lo harían de forma natural. El objetivo es recoger múltiples óvulos, aumentando las posibilidades de crear embriones sanos. Pero aunque este método es muy eficaz, también puede aumentar el riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica en algunas mujeres, sobre todo si la respuesta es más fuerte de lo esperado.

Cuando te sometas a una estimulación ovárica para la FIV, tu clínica controlará tus niveles hormonales y el crecimiento de los folículos mediante análisis de sangre y ecografías. Esto les ayuda a ajustar tu dosis de medicación según sea necesario y a detectar los primeros signos de sobreestimulación. Aunque la mayoría de las mujeres responden bien a esta fase, algunas pueden desarrollar signos de síndrome de hiperestimulación ovárica incluso antes de la recogida de óvulos.

Los protocolos pueden variar de una clínica a otra. Algunas utilizan dosis más altas de hormonas para las mujeres con baja reserva ovárica, mientras que otras optan por enfoques más suaves para las que se consideran de alta respuesta. Encontrar el equilibrio adecuado es clave, porque tanto una estimulación escasa como excesiva pueden afectar al resultado de tu tratamiento de FIV.

Someterse a una estimulación ovárica controlada en tu ciclo de FIV

Durante tu ciclo de FIV, la estimulación ovárica controlada suele comenzar el segundo o tercer día de tu menstruación. Recibirás inyecciones hormonales diarias durante varios días para ayudar al crecimiento de tus folículos. Dependiendo de cómo responda tu cuerpo, el número y el tamaño de los folículos pueden variar, y también el riesgo general de padecer síndrome de hiperestimulación ovárica. Las clínicas prestan mucha atención a esta respuesta, ya que la predicción precoz del síndrome de hiperestimulación ovárica puede suponer una gran diferencia en la prevención.

Las mujeres que se someten a una estimulación ovárica controlada pueden notar síntomas como hinchazón o sensibilidad a medida que crecen sus folículos. Son efectos normales de la medicación. Sin embargo, si los ovarios empiezan a responder de forma demasiado agresiva, puede aumentar el riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica. Por eso son esenciales las revisiones periódicas durante la estimulación: permiten a tu médico detectar cualquier respuesta inusual y tomar medidas antes de que se convierta en un problema.

Para algunas pacientes, especialmente las que padecen síndrome de ovario poliquístico, incluso una dosis hormonal estándar puede desencadenar una fuerte respuesta ovárica. En estos casos, puede ser necesario ajustar el protocolo de estimulación o pausar el ciclo para evitar que siga desarrollándose el síndrome de hiperestimulación ovárica.

¿Qué aumenta el riesgo de desarrollar el síndrome de hiperestimulación ovárica?

Hay varios factores que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar el síndrome de hiperestimulación ovárica durante la FIV. Un número elevado de folículos en crecimiento, unos niveles elevados de estrógenos y el uso de determinados medicamentos desencadenantes son algunos de los indicadores más comunes. Las mujeres con antecedentes de SHEO, o las jóvenes con un recuento elevado de folículos antrales, también pueden tener un riesgo mayor.

En algunos casos, el riesgo de SHEO sin un seguimiento adecuado puede llegar a ser grave. Por eso las clínicas suelen utilizar protocolos antagonistas o dosis hormonales más bajas para ayudar a disminuir el riesgo de SHEO. Se ha demostrado en estudios -incluidos una revisión sistemática y un metaanálisis- que estos enfoques reducen la incidencia del SHEO en comparación con los protocolos tradicionales.

En última instancia, tu perfil de riesgo personal determina cómo se gestiona tu estimulación. La predicción de la respuesta ovárica no siempre es exacta, pero las clínicas de fertilidad modernas disponen ahora de muchas formas de ajustar los planes de tratamiento y reducir las probabilidades de síndrome de hiperestimulación ovárica. La comunicación es clave: no dudes en preguntar a tu clínica qué están haciendo para controlar y gestionar tu riesgo durante la estimulación.

De OHSS moderado a grave: qué esperar

El síndrome de hiperestimulación ovárica puede manifestarse de distintas maneras. Mientras que algunas mujeres sólo experimentan molestias leves, otras pueden pasar por síntomas más intensos que entran en la categoría de síndrome de hiperestimulación ovárica moderado o grave. Saber qué esperar -y cuándo actuar- es una parte clave para gestionar tu experiencia de FIV con confianza.

El SHEO moderado ya puede afectar a tu vida cotidiana, mientras que el SHEO grave puede requerir atención hospitalaria. Los síntomas suelen empeorar unos días después de la extracción de óvulos, sobre todo si se produce un embarazo. Por eso es tan importante que te mantengas en contacto con tu clínica después del procedimiento. Deben decirte exactamente a qué debes prestar atención y cuándo debes ponerte en contacto con ellos. La detección precoz puede evitar complicaciones y ayudarte a recuperarte más rápidamente.

Síntomas del síndrome de hiperestimulación ovárica moderada y cómo tratarlos

El SHO moderado es algo más que un poco de hinchazón o malestar. A menudo incluye síntomas como dolor abdominal, náuseas, vómitos y aumento de peso debido a la retención de líquidos. También puedes notar que tu vientre está tenso o distendido, y puede que necesites orinar con menos frecuencia. Estos signos sugieren que se está acumulando líquido en el abdomen, una característica distintiva del SHEO moderado.

Si experimentas síntomas de síndrome de hiperestimulación ovárica moderado, tu clínica suele recomendarte reposo, aumento de la ingesta de líquidos y un seguimiento cuidadoso. Puede que tengas que acudir a una ecografía o análisis de sangre de seguimiento para comprobar cómo están tus ovarios. En la mayoría de los casos, estos síntomas mejoran en una o dos semanas, pero es importante no ignorarlos.

El tratamiento del SHO moderado se centra en aliviar las molestias y evitar que la situación empeore. El alivio del dolor, la medicación contra las náuseas y las visitas periódicas a tu médico pueden marcar una gran diferencia. No siempre necesitas hospitalización, pero sí orientación médica. Nunca dudes en hablar si algo no te parece bien.

¿Qué ocurre en los casos de síndrome de hiperestimulación ovárica grave?

El síndrome de hiperestimulación ovárica grave es una enfermedad rara pero grave que requiere atención médica inmediata. Los síntomas pueden incluir un rápido aumento de peso, dolor abdominal intenso, dificultad para respirar, vómitos, deshidratación e incluso desmayos. En algunos casos, el líquido puede acumularse no sólo en el vientre, sino también en el pecho, dificultando la respiración. Las mujeres con síndrome de hiperestimulación ovárica grave a menudo necesitan ingresar en el hospital para el tratamiento de los líquidos y observación.

Los casos de SHEO grave pueden provocar complicaciones como la torsión ovárica, coágulos sanguíneos o problemas renales. Afortunadamente, la incidencia del síndrome de hiperestimulación ovárica grave ha sido significativamente menor en los últimos años, gracias a la mejora de la monitorización y a unos protocolos de estimulación más seguros. Aun así, es importante saber que, aunque raras, estas situaciones ocurren, y la clave para una recuperación segura es actuar con rapidez.

El tratamiento del síndrome de hiperestimulación ovárica en casos graves puede incluir líquidos intravenosos, anticoagulantes, oxigenoterapia o incluso procedimientos para eliminar el exceso de líquido del abdomen. Según la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, a menudo es necesaria la hospitalización para controlar los efectos y garantizar la estabilidad de la paciente. Las mujeres con hiperestimulación ovárica grave necesitan cuidados intensivos, pero con el apoyo adecuado, la recuperación suele ser completa.

También es importante recordar que la gravedad y la incidencia del síndrome de hiperestimulación ovárica dependen de muchos factores, como la respuesta de tu cuerpo y la precocidad con que se reconozca la enfermedad. La buena noticia: las clínicas de hoy en día son más conscientes de los riesgos y están mejor equipadas que nunca para prevenir complicaciones graves.

Cómo prevenir el síndrome de hiperestimulación ovárica antes de que empiece

La mejor forma de tratar el síndrome de hiperestimulación ovárica es evitarlo en primer lugar. Afortunadamente, muchos casos pueden prevenirse con el enfoque adecuado, sobre todo si la clínica conoce tu perfil de riesgo y actúa a tiempo. Aunque el síndrome de hiperestimulación ovárica puede desarrollarse en algunas situaciones, una planificación y un seguimiento cuidadosos pueden marcar una gran diferencia.

La prevención del SHEO no consiste sólo en reducir las dosis de medicación. Se trata de comprender cómo puede responder tu cuerpo y trabajar con un equipo que adapte tu plan de tratamiento a medida que se desarrollen los acontecimientos. Si se considera que tienes un riesgo elevado de padecer SHEO -por ejemplo, debido al síndrome de ovario poliquístico o a una reserva ovárica fuerte-, tu clínica debe tener especial cuidado con tu protocolo de estimulación.

No existe una solución única. Pero si te haces las preguntas adecuadas, sigues un plan personalizado y te mantienes alerta ante los primeros síntomas, puedes reducir el riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica y pasar por la FIV sintiéndote más confiada y segura.

Estrategias para reducir el riesgo de SHEO

Hay varias formas eficaces de reducir el riesgo de SHEO, y muchas clínicas las incluyen ahora en sus protocolos estándar de FIV. Una de las estrategias más comunes es utilizar dosis más bajas de medicación estimulante, sobre todo en mujeres con una sensibilidad ovárica elevada. Otra opción es cambiar a un tipo distinto de medicación desencadenante, como un agonista de la GnRH, que ha demostrado reducir la incidencia del síndrome de hiperestimulación ovárica en comparación con los desencadenantes tradicionales de hCG.

Otras estrategias son utilizar protocolos antagonistas, congelar todos los embriones en lugar de transferirlos frescos y retrasar la transferencia a un ciclo posterior. Estos métodos están diseñados para dar tiempo al cuerpo a recuperarse antes de que las hormonas del embarazo puedan empeorar los síntomas del SHEO. Según una revisión sistemática y un metaanálisis, estas técnicas de prevención son especialmente útiles en pacientes de alto riesgo.

En algunos casos, tu médico puede incluso sugerirte que canceles el ciclo si el riesgo es demasiado elevado, algo que suena decepcionante al principio, pero que en realidad puede ser la opción más segura.

Cómo es en la práctica la prevención del síndrome de hiperestimulación ovárica

En la vida real, prevenir el síndrome de hiperestimulación ovárica no siempre consiste en evitar la estimulación por completo, sino en mantenerse flexible. La prevención del síndrome de hiperestimulación ovárica suele comenzar con una evaluación hormonal detallada, incluso antes de que comience la estimulación. Durante el tratamiento, la monitorización periódica con ecografías y análisis de sangre permite a tu médico hacer un seguimiento de tu respuesta ovárica y ajustar el plan según sea necesario.

Si muestras signos tempranos de sobreestimulación -como demasiados folículos en crecimiento o un aumento repentino de estrógenos-, tu clínica podría modificar el protocolo, retrasar la extracción de óvulos o sugerir una inyección desencadenante diferente. Estos ajustes son habituales y no significan que tu ciclo haya fracasado. Al contrario, demuestran que tu equipo está siendo proactivo y haciendo todo lo posible para prevenir el SHEO.

Las mujeres con síndrome de ovario poliquístico también pueden beneficiarse de protocolos adaptados que limiten el riesgo de sobreestimulación. Esto podría incluir el uso de menos medicamentos o espaciar el calendario más suavemente. Cada vez se utilizan más las herramientas predictivas, como la predicción del síndrome de hiperestimulación ovárica basada en los valores hormonales tempranos.

El objetivo no es evitar totalmente la estimulación, sino equilibrar la seguridad y el éxito. Con el protocolo adecuado, el riesgo de desarrollar síndrome de hiperestimulación ovárica puede reducirse considerablemente, y la experiencia de la FIV puede resultar mucho más llevadera.

Tratamiento del SHO y cuándo actuar

Incluso con la mejor preparación, algunas mujeres desarrollan síndrome de hiperestimulación ovárica durante o después del tratamiento de FIV. Esto no significa que algo haya ido mal, sino que tu cuerpo ha reaccionado con más fuerza de lo esperado. La buena noticia es que la mayoría de los casos de SHEO pueden tratarse con seguridad, sobre todo cuando se detectan a tiempo. Comprender cómo funciona el tratamiento del síndrome de hiperestimulación ovárica te ayudará a mantener la calma y saber cuándo pedir ayuda.

El enfoque depende totalmente de la gravedad de los síntomas. Mientras que el SHEO leve suele desaparecer sin intervención, el SHEO moderado o grave requiere más atención. En todos los casos, es esencial que escuches a tu cuerpo y te mantengas en contacto con tu clínica. Si algo te parece extraño o empeora con el tiempo, siempre es mejor que lo digas.

Cómo funciona el tratamiento del síndrome de hiperestimulación ovárica en función de la gravedad

El primer paso para tratar el síndrome de hiperestimulación ovárica es reconocer los síntomas. En los casos leves, puede que sólo necesites reposo, líquidos y observación. Tu clínica puede recomendarte que evites el ejercicio, que bebas mucha agua y que te controles regularmente hasta que remitan los síntomas. Esta forma de síndrome de hiperestimulación ovárica puede resultar incómoda, pero suele resolverse por sí sola en una o dos semanas.

Cuando los síntomas son más intensos -como aumento del dolor abdominal, náuseas o disminución de la producción de orina- puede diagnosticarse un SHEO moderado. El tratamiento del SHEO en este nivel suele incluir alivio del dolor, medicación contra las náuseas y monitorización frecuente. Es posible que necesites una ecografía para comprobar si hay líquido en el abdomen, o análisis de sangre para saber cómo se está adaptando tu cuerpo.

En los casos graves, sobre todo cuando hay riesgo de torsión ovárica o coágulos sanguíneos, suele ser necesaria la atención hospitalaria. El tratamiento del síndrome de hiperestimulación ovárica en estas situaciones puede incluir líquidos intravenosos, medicación para estabilizar el flujo sanguíneo o drenaje del exceso de líquido. Según las directrices clínicas, las mujeres con síndrome de hiperestimulación ovárica grave deben ser vigiladas estrechamente para evitar complicaciones.

El SHEO grave fue significativamente menor en las pacientes cuyas clínicas utilizaron métodos de estimulación más seguros: un recordatorio de que la prevención sigue desempeñando un papel, incluso cuando los síntomas ya han aparecido.

Qué esperar si tienes un riesgo elevado de padecer SHEO

Si tu médico te ha dicho que tienes un riesgo elevado de padecer SHEO, intenta que no cunda el pánico. Esta etiqueta no significa que vayas a desarrollar definitivamente la enfermedad, sólo significa que tu clínica debe tener especial cuidado. Las mujeres con riesgo de hiperestimulación ovárica suelen beneficiarse de un plan de tratamiento personalizado que incluye dosis hormonales más bajas, un calendario cuidadoso y un control más frecuente.

Algunas clínicas pueden sugerir una estrategia de congelación total, en la que los embriones se congelan y se transfieren más tarde, una vez que tu cuerpo se haya recuperado. Otras pueden ajustar tu medicación desencadenante o retrasar la extracción de óvulos para permitir que se asienten los niveles hormonales. Estas decisiones se toman para proteger tu salud y dar a tu ciclo las mayores posibilidades de éxito sin complicaciones.

A las mujeres sometidas a estimulación ovárica que muestren signos de desarrollar SHEO también se les puede ofrecer atención de apoyo temprana, incluso antes de que se desarrollen plenamente los síntomas. Esto podría incluir mantenerse bien hidratada, evitar la actividad física intensa y consultar al médico con más frecuencia.

Lo más importante es que te sientas apoyada y bien informada. Tanto si sufres molestias leves como si te enfrentas a una situación más compleja, mereces una atención segura y respetuosa. Tu cuerpo está trabajando duro y, con el equipo médico adecuado, puedes superarlo con seguridad.

Tu próximo paso: mantente seguro e informado

Enfrentarse al síndrome de hiperestimulación ovárica puede ser abrumador, sobre todo si estás considerando la FIV en el extranjero. Pero cuanto más sepas, más segura te sentirás de tus decisiones. El síndrome de hiperestimulación ovárica puede parecer una complicación rara y aterradora, pero con los cuidados adecuados, casi siempre es manejable y, en muchos casos, evitable.

Al iniciar tu viaje de fertilidad, recuerda que la respuesta de tu cuerpo al tratamiento es única. No existe un protocolo único, y tu seguridad nunca debe verse comprometida en aras de la rapidez o la comodidad. Tanto si piensas utilizar tus propios óvulos como si vas a seguir adelante con la donación de óvulos o embriones, comprender los riesgos asociados al síndrome de hiperestimulación ovárica forma parte del cuidado de uno mismo.

Elegir una clínica de FIV si tienes riesgo de padecer SHEO

No todas las clínicas enfocan la estimulación ovárica de la misma manera. Si eres una persona con mayor riesgo de padecer el síndrome de hiperestimulación ovárica -por ejemplo, debido a la edad, los niveles hormonales o un trastorno como el síndrome de ovario poliquístico-, es esencial que elijas una clínica que adapte sus protocolos a cada paciente. La incidencia del síndrome de hiperestimulación ovárica en la FIV está estrechamente relacionada con el cuidado con que las clínicas controlan y adaptan el tratamiento.

Las clínicas que se toman en serio la prevención utilizarán protocolos más seguros, reducirán la intensidad de la estimulación cuando sea necesario y se mantendrán en estrecho contacto contigo durante cada fase. Busca equipos que expliquen las razones de sus decisiones médicas y que estén abiertos a ajustar los planes en función de cómo responda tu cuerpo. El SHEO no siempre puede evitarse, pero la forma en que una clínica gestiona el riesgo de desarrollar SHEO marca una verdadera diferencia.

Preguntas clave antes de iniciar la estimulación

Antes de empezar tu ciclo de FIV, no tengas miedo de hacer preguntas directas. ¿Cómo previenen el síndrome de hiperestimulación ovárica? ¿Cómo controlan los niveles hormonales? ¿Ofrecen medicamentos desencadenantes alternativos o protocolos antagonistas? ¿Qué experiencia tienen con pacientes con síndrome de ovario poliquístico?

Preguntar sobre la incidencia del SHEO en comparación con otras clínicas también puede ser útil. También puede serlo saber cómo apoyan a las mujeres con síntomas de SHEO si se producen, especialmente en casos de SHEO moderado a grave. Una buena clínica no promete riesgo cero, pero tiene estrategias claras.

Si no estás seguro de por dónde empezar, hemos reunido una guía detallada para ayudarte a explorar los destinos de FIV en Europa, incluyendo dónde se permite la selección de sexo, qué tipo de protocolos de estimulación se utilizan y qué puedes esperar en cuanto a costes y tasas de éxito. La guía incluye también un ejemplo de una clínica de confianza del norte de Chipre.

Puedes descargarte la guía gratuitamente y, si te sientes abrumada, reservar una llamada privada para obtener apoyo adaptado a tu situación personal. Porque cuando se trata de tu cuerpo y de tu futura familia, mereces sentirte informada, y nunca sola.

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